Quien nos cerrara los ojos
algún amigo nos pondrá una corbata roja
como ultima sátira a la muerte.
Volaran mariposas negras
a pedir perdón a mujeres amadas.
Nuestra madre nos abandonara
en un útero de porcelana.
¿Elevaran al viento nuestras cenizas
para repoblarlo con soledad?
No, no, no, no, no.
No podemos entregar a la muerte
algo que ya le pertenece.
Estamos solos y perdidos
en anatomías vacías y marchitas
ya nadie podrá engendrarnos.
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