Caminar por el centro de los caminos polvorientos
como edificios humanos, rascando los cielos.
En las escuelas regalar poemas peligrosamente puntillosos
repetir nuestra presencia en diferentes espacios
hasta hacernos invisibles, y vacíos.
Atravesar los espejos hasta sentirnos.
Tomar el olvido, y arrastrarlo en el recuerdo.
Volar aferrados de oraciones profanas.
Llenar de aire el corazón y entregarlo
al primer niño con cara sucia,
para que juegue y luego lo devuelva.
Buscarte en medio de la indiferencia
entregarte mis manos de sonrisa.
Aferrarme a la bestia danzante de tu labios.
Hacer madejas humanas con políticos
y jugar bolos con su ambición.
Escapar de este laberinto que somos
regalar nuestra lagrimas a las viudas.
Embriagarnos en vino, y transformarnos en uva.
pedir perdón a un árbol y abrazar el silencio.
Y comenzar de nuevo esta ronda
hasta sentirnos humanos.
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