Viene de nuevo
la noche a mis ojos
con su luna calcárea
con sus manos cansadas;
se arropa en silencio
en el caer del viento.
Mirada ajena
que se deshace en rostros
en recuerdos mutilados
en días fragmentados
como semillas secas.
Una anatomía
distraída y casi tácita
me contiene en este ahora
en esta noche sin fin
con la boca seca
y los ojos trizados.
Avanzo de este vacío
al próximo en tormentas
fuego que me transita
profundo como raíz;
péndulo oscuro infinito
que enmarca este despertar
que hoy siento eterno.
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