Desvestir el alma y colgar los ropajes en la lágrima
agasajarse en un respirar profundo como el tiempo
recoger las cenizas del invierno en semillas.
El ciclo del tiempo continua con su tormenta
y nosotros como como jóvenes títeres danzamos
entre sombras sin mas luz que la contusión.
Estamos perdidos como ángeles ciegos sin alas
abandonados en extrañas anatomías imperfectas
como escarabajos con su melancolía a cuestas.
La certeza nos oprime, nos inunda con su vicio
vacía en el silencio nuestras manos húmedas
hace del temor un corazón y vórtice profundo.
Los otros se deslizan en sus muertes a medias
en su galopar de esperas cansadas y silentes
yo lanzo sus ojos y sus manos al mar del olvido.
Y regresa la tarde con aroma de mujer desnuda
con sus pasos ausentes y sus hojas detenidas
su tacto y su boca sabor a vino me conmueve.
Abro mis manos como pupilas en el crepúsculo
en ellas palpita tu recuerdo cada vez mas lejano
como mi alma perdida en los bosques de la noche.
Y la soledad abre sus alas en mis ojos terrestres
ya no habita nada nuestro en este espacio
mas que el silencio y la macabra espera.
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