viernes, 17 de junio de 2011

A tu milonga

Te veo desde una cárcel pero propia
eres  el viento siempre con sabor nuevo
eres la tarde llena de sombras y misterios
eres un río que todo quiere llevarse
eres como yo ser de piedra y luna llena.

Te viertes en el vino y te vistes de sangre
acomodas tu sonrisa en la melancolía
atraviesan tus ojos los umbrales de la noche
tu piel blanca devora las sombras
mientras lo violines rompen el silencio.

Y embistes la noche con tus versos
se desatan los nudos se abren alas
elevas tu música en espirales ciegas
desnudas tu tacto en carcajadas.

El eco de tus pasos en el viento 
azota las ventanas en galope
todas las puertas se abren,
devoras todas las angustias
y tu milonga ocupa el cuarto.

Eres tu milonga de pelo largo
verbo hecho carne y verso
melancolía vestida de ojos y labios
presencia ausente que hoy conozco.

Te regalo este verso, este atardecer
estas silabas sabor de lágrima
mis manos de sonrisas perdidas
y el vuelo aciago de este corazón.

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