martes, 13 de septiembre de 2011

A Jattin

Esta tarde Raúl el río me susurra
poemas desolados como espirales
encendidas en tu diáfana soledad.

Lanzo piedras al río y el las regresa
entre tonadas que deshacen la carne
el verso cala hondo como abismo
mientras devoras mangos en la orilla.

No busco el fantasma de tu lucidez
busco tu poesía sincera como nube
cerrar de ojos que nace libre
animal que transitas los rayos de luz.

En donde esta sembrado el árbol
que refugia las eternas búsquedas
en donde está la crisálida de tu verso
en donde quedaron tus ojos
de niño atrapado en gigante.

Hasta donde llegaron los puñales
de tu amante y compañera la locura
en que tumba yace el conjuro
del verso que te arranco la piel
como bestia al fruto maduro.

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