lunes, 12 de septiembre de 2011

Epitafio


Soy el extranjero de mi mismo
Me desplazo de un vacio al próximo
dejo la sonrisa y el abrazo a desconocidos
cuelgo los ropajes del sueño en el aire
me lanzo de todas las ventanas
en una interminable búsqueda.

Soy el extranjero de mi mismo
soy la sombra de una carne muda
soy el que se oculta tras los ojos
soy el silencio que esconde la lluvia.

Abro mis manos al cielo como ramas
Y los pájaros devoran las lágrimas
que se deslizan en mis tardes
como los ríos a sus mares.

Busco un nombre que recuerde
un rostro que no se deshaga
una caricia conocida, un aroma
un palpitar que no se vista de eco.

Y regreso a ti infinito espejo
que seduce a la luna en su ondular
donde nace la hiedra del recuerdo
con su respirar toxico como serpiente
donde mi verso yace sin epitafio.

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