Desvestir el alma y colgar los ropajes en la lágrima
agasajarse en un respirar profundo como el tiempo
recoger las cenizas del invierno en semillas.
El ciclo del tiempo continua con su tormenta
y nosotros como como jóvenes títeres danzamos
entre sombras sin mas luz que la contusión.
Estamos perdidos como ángeles ciegos sin alas
abandonados en extrañas anatomías imperfectas
como escarabajos con su melancolía a cuestas.
La certeza nos oprime, nos inunda con su vicio
vacía en el silencio nuestras manos húmedas
hace del temor un corazón y vórtice profundo.
Los otros se deslizan en sus muertes a medias
en su galopar de esperas cansadas y silentes
yo lanzo sus ojos y sus manos al mar del olvido.
Y regresa la tarde con aroma de mujer desnuda
con sus pasos ausentes y sus hojas detenidas
su tacto y su boca sabor a vino me conmueve.
Abro mis manos como pupilas en el crepúsculo
en ellas palpita tu recuerdo cada vez mas lejano
como mi alma perdida en los bosques de la noche.
Y la soledad abre sus alas en mis ojos terrestres
ya no habita nada nuestro en este espacio
mas que el silencio y la macabra espera.
jueves, 30 de junio de 2011
viernes, 17 de junio de 2011
A tu milonga
Te veo desde una cárcel pero propia
eres el viento siempre con sabor nuevo
eres la tarde llena de sombras y misterios
eres un río que todo quiere llevarse
eres como yo ser de piedra y luna llena.
Te viertes en el vino y te vistes de sangre
acomodas tu sonrisa en la melancolía
atraviesan tus ojos los umbrales de la noche
tu piel blanca devora las sombras
mientras lo violines rompen el silencio.
Y embistes la noche con tus versos
se desatan los nudos se abren alas
elevas tu música en espirales ciegas
desnudas tu tacto en carcajadas.
El eco de tus pasos en el viento
azota las ventanas en galope
todas las puertas se abren,
devoras todas las angustias
y tu milonga ocupa el cuarto.
Eres tu milonga de pelo largo
verbo hecho carne y verso
melancolía vestida de ojos y labios
presencia ausente que hoy conozco.
Te regalo este verso, este atardecer
estas silabas sabor de lágrima
mis manos de sonrisas perdidas
y el vuelo aciago de este corazón.
eres el viento siempre con sabor nuevo
eres la tarde llena de sombras y misterios
eres un río que todo quiere llevarse
eres como yo ser de piedra y luna llena.
Te viertes en el vino y te vistes de sangre
acomodas tu sonrisa en la melancolía
atraviesan tus ojos los umbrales de la noche
tu piel blanca devora las sombras
mientras lo violines rompen el silencio.
Y embistes la noche con tus versos
se desatan los nudos se abren alas
elevas tu música en espirales ciegas
desnudas tu tacto en carcajadas.
El eco de tus pasos en el viento
azota las ventanas en galope
todas las puertas se abren,
devoras todas las angustias
y tu milonga ocupa el cuarto.
Eres tu milonga de pelo largo
verbo hecho carne y verso
melancolía vestida de ojos y labios
presencia ausente que hoy conozco.
Te regalo este verso, este atardecer
estas silabas sabor de lágrima
mis manos de sonrisas perdidas
y el vuelo aciago de este corazón.
jueves, 2 de junio de 2011
Sin mentiras
Me confunde el ansia en las mañanas
y el sabor amargo de la incertidumbre,
como orfebre reconstruyo tu presencia
en los hilos de recuerdos de otros días
entre seres distintos, tenues y extraños.
Entonces deseo penetrar tu mirada
abrazarte como el roció en la tarde
ser devorado en la humedad tus labios
y renacer en los latidos de tu corazón.
Para ti no hay mascaras o disfraces
solo este hombre de carne y sueño
que deshace sus manos en poemas
ágiles como el susurro del viento.
Déjame enseñarte a crear mundos
delicados y profundos como mares
déjame llegar a tu corazón sombrío
y esconderlo del dolor y el miedo.
Déjame habitar tu tacto en la transparencia
que me das con tu sonrisa de medio día
déjame entregarme todo sin guardar nada
y detenerme en la plenitud tu presencia.
Déjame decirte al oído que te quiero
tomarte de la mano y desvanecer el mundo
en versos trepidantes como semillas
enredarme en tu cintura sin misterios
y detener el tiempo mientras sonríes.
y el sabor amargo de la incertidumbre,
como orfebre reconstruyo tu presencia
en los hilos de recuerdos de otros días
entre seres distintos, tenues y extraños.
Entonces deseo penetrar tu mirada
abrazarte como el roció en la tarde
ser devorado en la humedad tus labios
y renacer en los latidos de tu corazón.
Para ti no hay mascaras o disfraces
solo este hombre de carne y sueño
que deshace sus manos en poemas
ágiles como el susurro del viento.
Déjame enseñarte a crear mundos
delicados y profundos como mares
déjame llegar a tu corazón sombrío
y esconderlo del dolor y el miedo.
Déjame habitar tu tacto en la transparencia
que me das con tu sonrisa de medio día
déjame entregarme todo sin guardar nada
y detenerme en la plenitud tu presencia.
Déjame decirte al oído que te quiero
tomarte de la mano y desvanecer el mundo
en versos trepidantes como semillas
enredarme en tu cintura sin misterios
y detener el tiempo mientras sonríes.
miércoles, 1 de junio de 2011
A tu poesía
Dejáme deslizarme por el vals
como abeja ebria de tardes
abrazame como lágrima
y dejame descanzar
en tu pecho.
como abeja ebria de tardes
abrazame como lágrima
y dejame descanzar
en tu pecho.
Y adormilado en las mañanas
No puedo alcanzarte con mis manos de labriego
de hacedor de mundos ciegos y desnudos.
No puedo besarte con mi boca de piel y sueños
donde escapan mis versos como pequeños insectos.
No puedo entregarte éste cuerpo falange temporal
que sostiene el cáliz de fuego que habita.
No puedo darte éste corazón trémulo y dormido
que construye universos con soles de sonrisa.
Pero si un día me aceptas en la tarde color de vino
entregaría mis manos como palomas dividiendo cielos
habitarías mis labios con tu carne y serias mí respirar
te entregaría mi cuerpo como legión de mariposas
sedientas de del néctar soberbio de tu cuerpo de cristal.
Éste corazón atravesara el tiempo en su galope
borrar las soledades y abandonos de otro tiempo
arrancarte el dolor lanzarlo al viento en tormentas,
descansar en tu pecho y entregarte su esencia.
No guardaría para mí un solo latido o respiro
terminaría el invierno y renacerían mis bosques
bebería la humedad de tus labios y habitaría tu alma
en la desnudez sincera de quien no ambiciona.
Sin egoísmos sordos como días perdidos
quiero que seas mía en la palidez de la tardes
en la entrega absoluta del que no espera
en la lluvia donde me pierdo en tus ojos.
Y adormilado en las mañanas le sonrió a la luna
en su partida, como gato acomodado en sueño
como poeta fértil enamorado de la sombras
con la sed de este verso que busca tu alma.
de hacedor de mundos ciegos y desnudos.
No puedo besarte con mi boca de piel y sueños
donde escapan mis versos como pequeños insectos.
No puedo entregarte éste cuerpo falange temporal
que sostiene el cáliz de fuego que habita.
No puedo darte éste corazón trémulo y dormido
que construye universos con soles de sonrisa.
Pero si un día me aceptas en la tarde color de vino
entregaría mis manos como palomas dividiendo cielos
habitarías mis labios con tu carne y serias mí respirar
te entregaría mi cuerpo como legión de mariposas
sedientas de del néctar soberbio de tu cuerpo de cristal.
Éste corazón atravesara el tiempo en su galope
borrar las soledades y abandonos de otro tiempo
arrancarte el dolor lanzarlo al viento en tormentas,
descansar en tu pecho y entregarte su esencia.
No guardaría para mí un solo latido o respiro
terminaría el invierno y renacerían mis bosques
bebería la humedad de tus labios y habitaría tu alma
en la desnudez sincera de quien no ambiciona.
Sin egoísmos sordos como días perdidos
quiero que seas mía en la palidez de la tardes
en la entrega absoluta del que no espera
en la lluvia donde me pierdo en tus ojos.
Y adormilado en las mañanas le sonrió a la luna
en su partida, como gato acomodado en sueño
como poeta fértil enamorado de la sombras
con la sed de este verso que busca tu alma.
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