lunes, 25 de abril de 2011

Ese niño

Ese niño de cabellos largos y manos sucias
buscando el recuerdo de una madre tras las puertas
sin mas lápiz que el mugre en sus uñas.

Ese que su padre golpeaba como tambor sin eco
cuando se encontraba vestido de licor y melancolía
y luego abandonaba como barca sin vela.

El mismo que se acurrucaba en el silencio
como feto muerto con los puños cerrados
con toda la certidumbre del abandono.

Aquel que la poesía habito y dio lecho y lumbre
ademas su verso, su razón y su libertad
y lo encadeno al lastre de crear sus mundos.

A ese que tu ves hoy sonriendo
de cual tu eres dueña heredera de su poesía
quien fue su madre, su hermana, su amante.

Ese niño era yo, y aun hoy habita en mi
como cicatriz que se forma en el tedio,
y lo oculto con mi escudo de sonrisa
lo protejo de esta lluvia tormentosa.

Y hoy lo libero con sus alas limpias
con su llorar de rió ahora apagado
con sus soledades inconvenientes
! ya no quiero que sea mi verdugo !

Inmortal


Hazme inmortal en el fuego de tus ojos
entrégame tu sonrisa de lluvia
y déjame viajar a través de tu manos
para domar la promesa que hay en tu ojos.

Déjame entregarte esta alma aciaga 
este espíritu impuro pero libre
corazón de piedra que se redime
como un cáliz sagrado ante tus manos.

Ven conmigo a mis bosques
desvanece conmigo la melancolía
en relámpagos de hojas secas
en la cascabel del andar del rió.

habitas el crepúsculo sin ser sombra
y yo te observo,  te escucho, te siento,
te veo danzar mariposa en la penumbra...

Y entonces me pierdo en la tarde 
de tus ojos de fuego que me habitan,
ansiedad de enredarme en tu cabello
eternidad escondida en la comisura del beso.